martes, 28 de agosto de 2007

CREACIONISMO, FIJISMO Y CATASTROFISMO

Algunas hipótesis:

Los Creacionistas sustentan su hiótesis en el relato bíblico; sostienen que todos los seres vivos que hoy conocemos fueron crados por Dios.

Ante la enorme diversidad de seres existente, y su adecuada adaptación a hábitat muy diferentes, los creacionistas postulan que cada uno de los distintos grupos de organismos, es el resultado de una cración especial. Ellos sostienen que, Dios creó a cada grupo viviente, especialmente diseñado para ocupar un hábitat en el que fue ubicado.

Según esta postura, no hubo evolución, pues cada especie es en la actualidad, como Dios la creó en el inicio de los tiempos. Este criterio se suele denominar fijismo.
El creacionismo y el fijismo fueron alentados durante siglos por varias religiones. También fueron apoyados por naturalistas eminentes como Carl von Linnèe (Suecia, s.XVIII), quien se hizo famoso por sus aportes al estudio de la diversidad de los seres vivos y por haber diseñado un sistema para nominarlos, agrupándolos según su parentesco.
Otro renombrado científico que apoyó esta explicación, fue el paleontólogo Georges Cuvier (s.XIX), prestigioso en el mundo científico de su época, por su asombrosa capacidad para reconstruir por deducción, la estructura completa de un animal, a partir del hallazgo de unas pocas piezas fósiles. Debido a su actividad, debió reconocer la extinción de algunas especies; por ello, no era partidario del fijismo. Explicaba las extinciones como el resultado de alguna catástrofe natural (una de las cuales habría sido el Diluvio Universal), postura denominada catastrofismo. Pero sostenía que las especies extinguidas dejaban un lugar vacante en sus hábitat, que sería ocupado con otras, creadas especialmente por Dios para ocupar esos sitios.
Si bien existieron contemporáneos de Linneo y de Cuvier, respectivamente, que insinuaron ciertas ideas evolucionistas, sosteniendo que las especies podían variar con el tiempo, sus conceptos carecieron del sustento científico necesario, dado que no encontraron explicaciones convincentes sobre el "cómo" del origen de la vida, ni fueron capaces de reunir evidencias contundentes sobre los procesos de cambio de las especies.
Filosóficamente, era por entonces muy difícil aceptar que los seres vivos podían haber evolucionado de antepasados emparentados entre sí, pues ese concepto atentaba contra la imagen renacentista del hombre comno "criatura preferida de la creación", ubicándolo, en cambio, como mero resultado de un conjunto de modificaciones casuales, que muy bien podrían no haberse producido.

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